Declinamos para sobrevivir
y morder el sudor en una noche fría.
Rompernos como un cristal
resbalando de las manos por descuido,
ser fragmento que se lleva la tempestad
a esos mares negros
a los que apunta la mirada.
Declinamos enfermos
con el alma morada
cayendo a un destino marrón y putrefacto
declinamos a lo inevitable
enfermos y aun vivos.
Declinamos desnudos
al frío de manos que se cierran
desnudos en ropas que abrazan lo ya muerto.
Declinamos en bocas ausentes de sonoridad
tumbas a la que echamos tierra a las palabras.
Y sobrevivimos una día más.
Declinamos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario