martes, 12 de enero de 2010
Golpea paciente
Caen pequeñas gotas
golpeando la superficie,
el espacio borroso
de mis parpados.
El cielo se maquilla
de grises oscuros
y conspiran las luces
que destellan.
Y esas gotas
no dejan de caer.
Las piernas martillan
en cada paso,
rompiendo espejos sucios
de siluetas des-dibujadas.
La maza de células que soy
no cesa de moverse internamente,
como un universo paralelo
al mundo que habito.
Y los kilómetros que lleva
rondando mi vida la muerte,
es como cada mordida
que dan los pies sobre el suelo
alejándome de vos,
es como cada exhalación
vaciando los pulmones,
como la fijación a tu carne
bajo este infinito
que ahora
golpea paciente.
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Qué bueno Mariana! Me identifico mucho con este poema. Hay algo inevitable que no cesa. Potente, sin respiro. Saludos.
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