Pequeños espacios sin luz
en mi cerebro que no late,
esta sensación inerte
me inunda de dolor.
Los jardines de las ventanas
que mis ojos no alcanzan
florecen en silencio
y en silencio mueren.
El cementerio del olvido
planta otra cruz,
una nueva cruz con tu nombre
para al fin dejarte atrás.
Un poco más vacía que ayer
o finalmente estéril,
vas plantando una nueva cruz
en tu cementerio también,
con mi nombre…
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