Pequeños espacios sin luz,
mi cerebro no late
no se mueve, no muta,
esta sensación inerte
me perfuma de dolor.
Los jardines de las ventanas
que mis ojos no alcanzan
florecen en silencio
y en silencio mueren.
El cementerio del olvido
planta otra cruz
una nueva cruz con tu nombre,
para al fin dejarte atrás.
Un poco más vacía que ayer
o finalmente estéril,
vas plantando una nueva cruz
en tu cementerio también
con mi nombre…
lunes, 10 de agosto de 2009
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