A veces cuándo ya estoy triste de leerte
como un libro de terror,
la desolación
me aplasta agachando la cabeza.
Y tus páginas son mujeres,
y en cada capitulo tu nombre es ausencia,
y los días son el llanto silencioso
que no logro secar en ti.
Y en ese vacío mudo
que veo en tus ojos saturados,
veo el fondo de un aljibe
y su última gota.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario