sábado, 15 de agosto de 2009



Toda noche se posa en nosotros,
en las estaciones de trenes
en el parque
en un bar
en la cama
en el subterráneo,
sentados,
desnudos cayendo…
Toda noche se abre entre vos y yo,
en el silencio nocturno,
entre las sabanas que la ausencia llena,
que el vacío desgarra.
Y como la noche se posa
nos abre en carne,
y nuestros cuerpos,
-sin poder evadir ese ahogado dolor
que late en cada orgasmo-
simplemente se rompen.
La noche abre la madrugada,
se cierran tus ojos,
y con ellos la muerte se posa, se abre, cae.

No hay comentarios:

Publicar un comentario