lunes, 2 de noviembre de 2009

Contradicción



Yo que tuve que matarte para sobrevivir
hoy lamo tu huesos
suplicando que revivas
que vuelvas a mí
que entres en mi cuerpo
que tus manos me pertenezcan.

Bajo la lupa de mis deseos
desmenucé tu vida
como arrancardo pétalos de un girasol
para ver si aun así podria adorar al sol.

Luego te asesiné cobardemente
para poder respirar,
ahora en las noches recorro tus abismos,
rondo en la oscuridad tu tumba
como un animal huérfano.

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