viernes, 19 de marzo de 2010

Infierno otoñal

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Sin piel

sin costras

desnuda en el infierno otoñal.

Madre de las heridas.

Delicada y dulce

tu mano abre costados

mancha la memoria de un rojo amargo,

dejando fluir sobre la carne

el llanto del cuerpo.

Hay una pregunta

en el contacto volátil de tu mirada y la mía,

¿Qué sabor siente tu lengua sobre el filo ensangrentado?