lunes, 10 de octubre de 2011

Los ojos

Soplame los ojos tengo miedo.
Nuestros hijos han muerto en la noche.

Soplame los ojos tengo miedo.
El amanecer nos ha mutilado
y como paredes huecas
nos derrumbamos.

Soplame los ojos tengo miedo.
La mañana deja huérfana a la memoria
y los relojes mueren murmurando una plegaria.

Soplame los ojos, tengo miedo…

miércoles, 27 de julio de 2011

Se vacia en mis ojos..

El cielo se vacía en mis ojos
he muerto esta tarde
como los árboles se rinden a orillas del mar.
Y lo sé, sé que no quepo en la palma de una mano
que el tiempo pesa en mi cuerpo
que mis pies desnudos han raspado el suelo
en un intento por confirmar que antes estuve viva.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Del sabor de la tierra

Mi tierra es amarga
casi inerte.
No saldrá de ella ni una vasija
que lleve el agua de mi sed.


Se dobla la vida entre sus piedras  
como un brote débil,
y las flores secas
son solo el aborto
de otro deseo.


El árbol.
El árbol desnudo solo un anclaje
sobre la muerte..

Escorzo

Estuve intentando construirme
reconstruirme,
romperme y volver a juntar los pedazos.


Pero perdí la orientación
y puse mi corazón en el cráneo
parte de mis brazos como piernas
y la cabeza para poder sentarme.







Irremediable, confuso y sin planos…

martes, 22 de febrero de 2011

En guerra silenciosa

En términos de guerra se despierta
la palabra
al silencio de mi infancia.

Clavo una bandera
en la puerta de salida de mi adolescencia.

Y me paro firme
en esta juventud
que poco a poco muere.

Creo que he llegado
al momento en que los días caen del almanaque
como de un árbol en otoño.


Conclusiones olvidadas

Solo necesitamos la punta de una daga
que abra suave la carne
y se viertan los deseos a la descomposición futura.

El dolor desarmará del cráneo
todo pensamiento
y ese sabor caliente será insulso
en la lengua,
mientras recorre el paladar como un naufragio.

Mi pobre lenguaje
quizás acaricie tus oídos,
insista en tu cuello
algún miedo en prosa,
mientras la oscuridad se enciende.

Y la daga escoja otro recorrido
y yo no sepa que sangre me mancha
o que sabor es el mío.