domingo, 14 de febrero de 2010

Naturaleza pobre


Una mañana caminaba entre tus muertos

como se camina entre los muertos

intentando no tocar el tieso sueño que llevan,

y rogaba, mordía los labios de la nostalgia

para no traerte,

para no encontrarte.

Mientras los pasos levantaban polvo

ensuciando la hierba y la conciencia.

Bajo mi cabeza

en el costado izquierdo

con anhelo suplicaba tu presencia.

Me senté entre la multitud

en un salón poblado,

un laberinto donde miles de pensamientos

desembocaban el mismo recinto

o en algunos abismos.

Y desde allí te concebí

sentada a mi lado

parada al frente,

fumando un cigarrillo afuera en el jardín del tedio.

Me sentí tan pobre

tan hambrienta

cansada…

1 comentario:

  1. Decía: Mariana, gracias. Un abrazo, quizá un día --en esa búsqueda de lugares sin tiempo-- nos encontremos en el jardín del tedio.

    Y.
    (repito de memoria el primer mensaje que no se llegó a procesar)

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