lunes, 10 de agosto de 2009

Hasta que la piel



Nademos en el mar caliente
de mi memoria,
no salgamos de él
hasta que la piel se nos arrugue.
Permanezcamos tanto como sea posible.
Necesito ese calor,
necesito flotar en cada gota
que este mar acumula,
ya sea de llanto
o de lluvia de tu vida contra la mía.
Que el cuerpo se vuelva liviano
que las manos, las piernas,
se extiendan casi hasta despegarse
de todo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario